14 de marzo de 2009

Errores de interpretación

Por IRENE SOMOZA ÁLVAREZ
Periodista en Madrid y analista política

Las interpretaciones sobre los resultados las elecciones del pasado 1-M han sido muchas y me dispongo a la difícil tarea de analizarlas. Además de destacar en cuanto a cantidad, las distintas visiones sobre quién venció en los comicios han sido relevantes por la contradicción entre unas y otras ópticas; tanto de políticos como periodistas y generadores de opinión.

El PSE, que desde el principio se ha lanzado a proclamar que la sociedad vasca ha votado a favor del cambio, comete un error terminológico y conceptual, y por ende, interpretativo: confunde la sociedad vasca con los electores vascos. Estos últimos representan un 65 por ciento de la ciudadanía; y por tanto, ambos conceptos no son lo mismo. La práctica democrática hará que el PSE represente a toda la sociedad vasca una vez esté en el poder, pero debe tener en cuenta que no ha tenido el respaldo de la mayoría real de los ciudadanos vascos.

No obstante, dado que en nuestra democracia el voto es el único modo de canalización de la voluntad general, y por ello, la única vía legitimada para dar lugar a la representación política, el PNV comete el error de no acatar los resultados e interpretar la posibilidad de ascenso al Gobierno de los socialistas como un “golpe institucional”. Las reglas democráticas son así: quien no vota, no decide; y por extensión, los partidos democráticos deben acatar y asumir estas premisas.

Dicho esto, los dos errores deben tenerse en cuenta. El PSE porque la única forma que tiene de ganar la aceptación necesaria es el consenso; el PNV porque la lógica democrática, como expuse en mi anterior artículo, penaliza a los partidos que ideológicamente tienden hacia los extremos.


El PSE habló con el PP para alcanzar un pacto de legislatura y el futuro de Eukadi corre a partir de ahora por cuenta de los partidos políticos implicados. Lo dicho: la única forma de que los ciudadanos decidan es a través de su voto. Después la voluntad ciudadana se convierte en números e interpretaciones, y queda relegada a la práctica democrática, que no deja más opción que la de acatar.

1 comentario:

  1. Hay más opciones: desobediencia civil noviolenta, boicot de los nacionalistas, desembarco sin rubor de estatalistas, acatar al estilo "huelga a la japonesa" y ponerse tiquismiquis con las órdenes del parlamento.

    En este pequeño país hay gente de mal perder y/o peor ganar. Además están los esPPecialistas en pescar en río revuelto a los que puede pasar lo de la canción esa tan bilbaina: "entre las angulitas hay un pez gordo, acerqué el farol y era un mokordo, así de grande y así de gordo."

    Mokordo no es un moco grande (esto para lo que no son de Bilbao).

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