14 de febrero de 2009

El voto estratégico

Por JUAN JOSÉ DOMÍNGUEZ
Politólogo y analista político

La validez del voto estratégico reside en que permite explicar e incluso “predecir” (con la prudencia que conlleva tal afirmación) las desviaciones de los votantes en cualquier convocatoria electoral, como señala Ignacio Lago Peña.

El “voto estratégico” puede ser vital el próximo uno de marzo e incluso sorprendernos por su influencia en el veredicto final. La CAV es muy diversa y compleja, lo cual la convierte en un escenario perfecto para este tipo de electores que, lejos de optar por su partido preferido, seleccionan la papeleta en función de intereses muy concretos. Bien porque su objetivo radica en hacer valer al máximo su decisión en la distribución de escaños, o también debido a su deseo de condicionar la formación del gobierno o, en último términos, para expresar o manifestar el sufragio protesta.

En Euskadi, entre los electores que tratan de maximizar la distribución de escaños podemos destacar a UPyD y a Aralar, cuyas expectativas de conseguir representación o, aumentar significativamente la que tienen ahora, moviliza a un buen número de ciudadanos. En el caso de los de Rosa Díez resulta evidente: a priori, los sondeos destacan que por primera vez se sentarían en el Parlamento Vasco a costa del PP y en menor medida del PSE. Por lo tanto, resulta creíble que haya ciudadanos dispuestos a coger la papeleta de la ex consejera de Cultura del Gobierno Vasco. En cuanto al partido que lidera Aintzane Ezenarro, el hecho de doblar el número de parlamentarios, siempre según las encuestas, invitaría a que ex votantes de EHAK lo vean como una oportunidad de representar a la otra izquierda abertzale con mayor fuerza.

Otro porcentaje valioso de votantes por su trascendencia se agrupa entre los que respaldarán al partido vencedor. Ibarretxe parte con ventaja frente a Patxi López. Aquí se concentran los electores que, sin ser nacionalistas, prefieren al PNV por rechazo al PP y por temor a que el PSE pacte con los de Basagoiti. Sin embargo, una porción de este grupo, aunque menor, corresponde a los sufragistas que votasen por un partido que conformase coalición de gobierno con la fuerza vencedora. En este caso, en principio, no se atisba ninguna opción. El PP, hoy día, carece de credibilidad debido a los escándalos de corrupción y a que su líder escasea de liderazgo. EA, debido a la ruptura con el PNV, sale perjudicado y las intenciones de voto para Ziarreta cuentan a la baja.

Tal vez, el grupo de electores más complejo y minoritario lo componen los votantes críticos y exigentes del País Vasco. Votan a partidos que no son los preferidos, a pesar de que cuenten con posibilidades de obtener escaños e incluso de gobernar. Su dictamen se basa en modificar el comportamiento en el futuro de la candidatura con la que se han identificado en el pasado.

En fin, el voto estratégico juega un papel decisivo en cualquier convocatoria electoral. Pero en las autonómicas de ahora, más si cabe. Cuantificarlo sería un atrevimiento por mi parte.
© Juan José Domínguez

3 comentarios:

  1. Sobre aspectos colaterales, pero ¿comentario con copyright? :-(

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  2. ¿Credibilidad? Si hay algún partido que no merezca crédito alguno es el Partido Socialista, que por chupar poder es capaz de ser más nacionalista que nadie; decir en cada sitio lo que quieran escuchar. No cumple nada de lo que ofrece. El Partido Popular va de frente, sabe cuáles son los problemas de una sociedad vasca anestesiada. Ofrece un cambio tranquilo porque no podemos quedarnos en un conformismo estéril. Hay problemas, pero también hay voluntad y determinación para ayudar a resolverlos.

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  3. Iñaki: si el autor lo pide, hay que hacerlo... ;-)

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