Las posibles “salidas” enumeradas iban desde la permanencia en el Parlamento, durante cuatro años o durante dos, hasta el abandono de la política, pasando por un puesto directivo en una empresa semipública o en una compañía totalmente privada. Los calificativos fueron desde “valor político” o “capital humano” hasta “lastre”. Como en este blog hablamos más de comunicación política que de política, a ello voy.
Pasado
Juan José Ibarretxe empezó joven en la política, y casi desde el principio le tocó remangarse. Literalmente: con 26 años, era alcalde de Llodio cuando las inundaciones de 1983. Bien formado en la universidad, economista, pero apasionado de la política, estaba pluriempleado como alcalde, juntero en Álava y parlamentario vasco. Con 38 años fue nombrado vicelehendakari. Con 42, lehendakari. No sabía euskera y aprendió a base de tesón. Con este perfil, la palabra que nos viene a la cabeza es “valor”.
Presente
Como lehendakari, Ibarretxe ha trabajado 10 años. Ha pasado por épocas en las que anteponía la integración y el evitar la fractura social a cualquier cosa, y también por otras de Planes que han tenido incluso alguna disidencia dentro de su partido. Conocido es que Josu Jon Imaz no veía con buenos ojos algunos devaneos independentistas. La tradicional dicotomía jeltzale entre autonomismo posibilista y soberanismo maximalista ha alcanzado uno de sus cénit durante el mandato de Ibarretxe. A las elecciones del 1 de marzo llegó con el partido ubicado mediáticamente más en un extremo que en el centro. No era culpa solo suya, sino que también tenía que ver, y mucho, una Brunete mediática a la que se le debe ayudar lo menos posible. Si vas dando la cara, te la parten. Y aquí, la palabra que nos sale es “lastre”.
Es en este punto donde yo haría un breve inciso. Arruti apuntaba, en Políticamente Incorrecto, que la posibilidad de un pacto PNV-PSE se diluyó con la salida de Imaz del EBB. Seguramente él haya escuchado, como yo, otra versión (a la que tal vez no le dé credibilidad): el pacto era posible hasta el mismo 1 de marzo a las nueve de la noche. Todo dependía de los resultados que arrojaran las urnas. Un empate técnico, una victoria en escaños pero no en votos del PSE, una carambola que hicieran imposible tanto el tripartito como el “frente constitucionalista”... eran opciones en las que el PNV podría haber justificado lo que el PSE pedía para un pacto: la cabeza de Ibarretxe. Y eso puede que estuviera incluso más que hablado.
Y sigo con el inciso: personalmente creo que era Ibarretxe, no el PNV, quien retraía del pacto a los socialistas. Tal vez por ello, la campaña estaba tan personalizada. Seamos serios: no había un Obama vasco. No había un mirlo blanco en ninguno de los dos partidos mayoritarios: López ya había perdido varias citas electorales, e Ibarretxe llevaba 10 años mandando. La campaña personalista de los jeltzales podía no ser solo una forma de resaltar que, en tiempos de crisis, no había nada mejor que un economista. Las campañas centradas en una persona permiten culpabilizar a ese candidato de los resultados, exculpando al partido. Es decir: si los resultados hubieran sido malos, el sacrificio estaba puesto en bandeja. Pero resulta que, tras esa campaña, es Ibarretxe, y no el PNV, el que gana las elecciones, con 80.000 votos más que el PSE. ¿Quién sacrifica entonces al líder?
Futuro
El futuro, en ese estado de cosas, depende más del propio líder que del Partido. Lógicamente, el PNV podrá pedir, pero la última palabra será de Ibarretxe. Su honestidad le llevará a quedarse, al menos de forma temporal, como parlamentario. Sobre todo, porque el relevo en el parlamento ya no podrá ser una Izaskun Bilbao (ojo: creo que volverá), que podría haber sido una gran sustituta como cabeza de cartel electoral.
Ahora bien: ¿qué imagen daría a la sociedad un Ibarretxe como portavoz del PNV? Mariano Ferrer apuntaba que era mostrar que el PNV tiene el recambio cuando el nuevo Gobierno (aún ni siquiera formado) se desgaste. Yo pienso que tener a un ex lehendakari como portavoz puede ser visto, en imagen, como signo de la derrota. Diez años dan para hacer muchas cosas bien (que luego no se recuerdan en el fragor del debate parlamentario) y otras mal (que son en las que el adversario incide). Quizá sea ponerlo demasiado fácil al contrario.
Si Ibarretxe opta por seguir (y sería muy honesto por su parte), opino que la portavocía debería ser compartida entre él y caras más o menos nuevas de entre la cúpula del EBB. Ibarretxe, portavoz en asuntos económicos y derivados; otros rostros para temas en los que el desgaste al partido pueda venir por actuaciones anteriores. Esto es: fomentar el papel de Ibarretxe como "valor", minimizando el de "lastre". Eso hay que saber gestionarlo, pero no dudo que el PNV lo logrará si llega el caso.
Qué buen análisis JD. El programa fue muy bueno, la verdad.
ResponderEliminarYo creo que Izaskun Bilbao será la próxima candidata a Lehendakari por parte del PNV.
Una cosa que me mosqueo, ¿a qué venían esas risas a cuenta de si había alguien allí que fuese a ser miembro del próximo GV? ¿Va a ser Arruti un consejero independiente? No sé si lo entendí mal, pero la insistencia en la pregunta por parte de Otamendi, el crochet que Pablo Muñoz y las risas continuas de Hoyos me mosquearon bastante, la verdad.
Pasar de ser un jakintsu en tu facultad o empresa, a tener que padecer la escolta diaria para ti y tu familia, en fin, no me extraña que desanime a cualquiera que se tilde de sociata, así que si va a ser el tal Arruti, pues en fin, qué amor a los colores.
ResponderEliminarEl futuro de Juanjo va a ser el que le diga el partido, su secta, y el análisis de JD se ajusta y resume a lo que piensa la mayoría, no en vano JD es un periodista que escribe para que no moleste demasiado lo que escribe. O sea, que si hubiera puesto que el futuro de Juanjo era volver a Laudio a plantar lechugas, pues eso quedaría mal, o que se haga cargo de una empresa de corte nacionalista como el Athletic, uyyy, lo que he dicho, como Naturgas o así, pues sentaría mal a unos cuantos, así que bueno, dejarlo todo "in albis" puede ser un buen análisis. Lo que es seguro es que sus conferencias serán soporíferas, como lo son las de los expresidentes en general, Gónzalez aburre a las ovejas y escribe de pena, Aznar desprende tanta hiel que huele mal, Pujol es utilizado en los casos de insomnio pernicioso y en fin, en general todos esos diosecillos caídos son desechos de demagogos.
Concluyo: Ibarretxe hará lo que le diga el partido, o harán una sesión de ouija para hablar con el espíritu de Sabino y preguntarle por el cielo... o el infierno.
Para ser colega, Mikel, vaya colleja me has soltado. Hombre, es probable que los periodistas mediocres tengamos tendencia a que las cosas no sienten mal; pero he tratado de decir qué puede ser visto como "lastre" y qué "valor". Y ya te digo, desde ahora, que habrá quien critique lo que no deja de ser una visión subjetiva, por muy blandita que a ti te parezca.
ResponderEliminarGontzal: gracias. Coincido contigo en la candidata. Fíjate que yo pensaba que sería antes (de ahí lo que apuntaba en el quinto párrafo).
¡Salud!
Colleja, colleja... pero si no llego con lo alto que eres. te repito que eres uno de los periodistas más brillantes del ente, lechón, pero más incisivo ya sabes ser, a que sí!!!
ResponderEliminarJarraitu horrela ta eutsi gogor!!!
En efecto, Javier Domínguez es uno de los mejores periodistas del ente. Y, sobre todo, uno de los que mejor análisis hace.
ResponderEliminarEsteeeee... gracias :o
ResponderEliminarPor reconducir el debate: ¿vosotros cómo lo veis?
Estimado Javier,
ResponderEliminarLeo tu blog asiduamente y me interesan mucho los análisis que realizas, pero esta vez tengo que disentir del análisis que realizas en este post.
La parte de "el futuro del Lehendakari Ibarretxe" que quieres que te diga, viendo su trayectoria en los últimos años, creo que mantendrá el misterio hasta el último momento y hará lo que le parezca, sin consultar con nadie, ni siquiera con su partido.
Pero mi discrepancia no va en este sentido. Leo en el post: "... La tradicional dicotomía jeltzale entre autonomismo posibilista y soberanismo maximalista..." sé que los matices son complicados, el gris es un color feo, aunque de vez en cuando se ponga de moda, pero te recomendaría que leyeras uno de los últimos posts de armaola del que te resumo lo siguiente.
http://armaola.blogspot.com/2009/04/un-post-bien-largo-y-por-puntos.html
Conclusión: Soy nacionalista vasco. Pertenezco al único partido a mi entender, que puede congregar la suficiente adhesión como para llegar al objetivo que persigo. Nunca defenderé la violencia para reivindicar absolutamente nada. Soy soberanista. Entiendo la transversalidad o la centralidad como un medio, no como un fin. Nunca diré de nadie que es menos nacionalista o menos soberanista que yo (allá cada cual con su sentimiento) pero tampoco permitiré que alguien diga que es más nacionalista y más soberanista que yo. Nunca haré la diferencia entre soberanista y autonomista, ya que esta última también la entiendo como un medio adaptado a circunstancias de país y pueblo. Soy independentista. Entiendo una independencia desde el prisma del derecho a decidir mi propio futuro.
Pero sobre todo soy demócrata y nunca trataré de imponer a nadie mi pensamiento pero tampoco entiendo como demócrata que se me impida nada si lo hago con respeto. Trataré de convencer. Es más lento pero más seguro. Quizá yo no vea una Euzkadi soberana, pero no me preocupa. Mi abuelo no conoció la democracia, pero estoy seguro de que murió tranquilo sabiendo que llegaría y que él había trabajado por ella. Me enseñaron a subir al monte dando vueltas.
Armaola puede resultar un poco vehemente, pero creo que dá en el clavo, su análisis representa a un amplio sector de EAJ que conoce el país real en el que vive todos los días.
Creo que te has olvidado de este amplio sector, o quizá son los que tu denominas "autonomistas"?
Gracias por mantener el blog después de las elecciones.
Estimado Kizkitza:
ResponderEliminarTe agradezco el interés y, sobre todo, la intervención que haces, que me permite desarrollar un poco ese punto del escrito que no encerraba más que lo que dice y que, sin embargo, tal vez expresé mal. Tal vez no: seguro, porque ha parecido que decía lo que no quería decir.
Cuando hablaba de "la tradicional dicotomía entre autonomismo posibilista y soberanía maximalista" no me refería a una catalogación de la amplia base social jeltzale dentro de esas dos posturas. No era un "el que no es blanco, es negro". Esa dicotomía, y es mi punto de vista, no cohabita dentro del PNV, sino que son las dos caras de una misma moneda. Esto es: el PNV tiene un fin (como partido nacionalista que es, el reconocimiento como nación de un pueblo), pero su estrategia se mueve, en función del momento, a modo de péndulo. Entre el negro y el blanco hay grises, efectivamente, y en esos grises con esos extremos marcados se debe ubicar y se ubica el PNV (como cualquier otro partido con una base social amplia). Y ese movimiento es cuestión de inteligencia política (que a mí me falta, por lo que no seré yo quien se atreva a decir qué camino debería tomarse en este momento) y de análisis de la coyuntura sociológica y electoral del momento.
No quiero entrar en disquisiciones sobre la diferencia entre "estrategia" y "táctica" que podrían alargar el debate en cuestiones semánticas. A lo que me refería es que el mismo fin puede obtenerse de diferentes maneras. En el post que me invitabas a leer de Armaola, hay otra frase que también me gusta: "Nos ha caído una roca grande en el camino, quizá porque tratábamos de atajar, pero eso ya no importa. Ahora hay que saber que puede haber más caminos o que nos costará mucho sudor quitar la roca de en medio". Ahí iba: la roca está, y ahora hay que estudiar qué opción, dentro del arco de grises existente, se debe tomar. ¿Se trata de taladrar la roca? ¿Se exploran otras vías para rodearla?
Insisto, para que quede claro: al mencionar el "autonomismo posibilista" y el "soberanismo maximalista", no trataba de dar a entender dos posturas extremas que cohabitasen en el seno del PNV, sino los dos extremos del arco ideológico que ha manejado, históricamente, este partido. No representa lo mismo, ni sociológica ni electoralmente, el Ardanza del Pacto de Ajuria Enea que el Ibarretxe de la Propuesta de Estatuto Político. Ahora, tomar una u otra opción es cuestión de inteligencia política y de pragmatismo tras el análisis del momento.
Por cierto: lo del péndulo no es mío. Es del (creo) nada sospechoso Santiago de Pablo, que tituló precisamente "El péndulo patriótico" su libro sobre los 110 primeros años de historia del PNV.
Espero que así haya quedado más clara mi postura, ya me dirás. Y, si hay que seguir explicándose, yo encantado. Un cordial saludo.
Egunon Javier,
ResponderEliminarGracias por el nuevo análisis.
Espero que tengamos unos burukides y políticos en general con inteligencia política y capacidad de análisis de la coyuntura sociológica y electoral del momento suficiente.
Nos va mucho en ello.
Eskerrik asko, seguiré enganchada.
Muy buenas. La verdad es que lamento no haber podido ver el programa, por lo que me ciño a este análisis que, desde la discrepancia en alguna cuestión, he de reconocer muy razonado: No entro a valorar futurible que quedan por despejar, estimo que Ibarretxe, que, desde el respeto, no se acerca ni por asomo a la figura de Ardanza, no creo que se sienta cómodo en el Parlamento, lo que no quiere dcir que permanezca ya que, hoy en dia, es el único que garantice que el PNV no se meta en una lucha por la sucesión.
ResponderEliminarY respecto a la frase que dices "López ya había perdido varias citas electorales, e Ibarretxe llevaba 10 años mandando", que yo sepa, patxi Lopez solo se ha presnetado a Lehendakeri dos veces y, en mabas, logrando unos resultados más que satisfactorios respecto a la cita anterior...
..soy de los que defendía las bondades del Gobierno PNV-PSE, pero en los 80... Actualmente es preciso un cambio en Euskadi, y eso solo puede venir de la mano del Gobierno del PSE con el paoyo estable, cuando menos, del PP. Y en esto Patxi Lopez demuestra su talante al ofrecer al PNV que participe en la gestión de los más graves problemas: terrorismo y ETA.
Al último comentario:
ResponderEliminarLo digo con todo respeto: yo he votado al PSE y me siento estafada. Voté a Patxi porque sooy socialista y ansiaba un cambio, pero no este cambio.
Mi pregunta es: a los que somos socialistas, ¿con quién tenemos más elementos de convergencia, con el PP o con el PNV?
Mi respuesta es clara: con el PNV.
ETA y el "terrorismo" son tan enemigos del PNV como del PP O PSE.
A mí no me sirve la excusa del terrorismo. Yo no conozco a nadie del PNV que defienda a ETA. Sin embargo, conozco gente del PP que justifica el franquismo y defiende unas ideas que, en algunos casos se asemejan a las de Batasuna, pero en sentido inverso.
En fin, siento en el alma que las socialistas echaremos de menos un pacto con el PNV. Con o sin Ibarretxe.
Vamos a ver: Patxi López, efectivamente, perdió en 2005 unas elecciones a la Lehendakaritza. Éstas no las ha ganado, en puridad. Pero además tampoco ha habido un "efecto López" en el voto al PSOE en otras citas con las urnas. Lo que pasa es que sí ha habido un "efecto ZP", y al final... ¿a quién se apuntan los tantos?
ResponderEliminarCuando hablaba de que Patxi López había perdido varias citas electorales, decía lo que decía: que no era un candidato nuevo. No era un Obama. Ibarretxe tampoco, por supuesto.
Un saludo.
Creo que a Patxi Lopez habrá que juzgarle por sus actos cuando sea lehendakari. Personalmente veo bastante nerviosismo en algunos sectores de éste país por el cambio, y no precisamente por razones confesables, me temo.
ResponderEliminarAh, y otra razón más de peso: qué "recomendaciones" se están haciendo llegar desde el mundo nacionalista a todos aquellos futuribles consejeros del área económica del futuro Gobierno Vasco?
Patxi no está contento, está nervioso, sabe que se está complicando más de lo que le gustaría. No es el resultado que habia esperado y no ha querido aceptar la realidad.
ResponderEliminarEl problema es que antes o después tendrá serios problemas; en un plazo de dos años y el argumento de que euskadi es excepcion se acabara como una cerilla.
Patxi acaba de vender su futuro politico al chulo de basagoiti; que por cierto es menos rentable, aunque no lo parezca, que haber dejado a Ibarretxe en minotira o haber pactado con el.
Todos los indicadores apuntan que si PNV y PSE hubieran pactado o hubieran dejado a la burbuja nacionalista continuar, ésta hubiera explotado y tal vez, en cuatro años más, Patxi representaría la fuerza más votada.
Esto es claro: y a las pruebas me remito. Ninguna de sus buscadisimos consejeros esta aceptando. Con la que está callendo fuera y en un gobierno sin amplio conseso tanto electoral como parlamentario serio, es una bomba de relojeria profesional.
Ya empezamos a ver los primeros consejeros mediocres y apusto porque no más de 1/3 de sus consejeros no será independientes y menos de 1/10 serán su primera opcion.
A patxi le ha podido la propia historia que se ha montado en la cabeza. Es mucho más triste que todavía aparente ser garante del cambio o se haya comparado con líderes americanos: es un soñador que se va a pegar un golpe muy fuerte en la peor situacion posible. Se parecerá a Mr. Bush hijo, que tomó vacaciones a los pocos meses de tomar el cargo por miedo a "echarle huevos". Al tiempo.
Ibarretxe se va, no es un gran misterio. Ortuzar ya ha comentado ha todo el mundo que ha querido preguntar, que sea cual sea la decisión Juan José, esta será respetada por el partido. Eso, en política, es decir que se va, por que ya ha cumplido.
ResponderEliminarEl famoso pacto transversal hubiera sido PSE-PNV. Ese gobierno si que se hubiera parecido a la Euskadi real. Aunque esto ya esté muy dicho y redicho, entendedme, llego hoy, muy tarde, a este blog, y si no lo digo reviento.
Pero bueno, una vez hecho el pacto para la investidura, veremos cuanto rato aguanta el PSE al PP.
Y más interesante; veremos cuanto tarda el PNV en darse cuenta de lo rentable que puede serle una política de apoyos puntuales a López con un discurso de responsabilidad con el país. (mi apuesta son un par de años)
De momento López va a lidiar con el paro, las diputaciones, Basagoiti, etc... amarga me parece su victoria.
PD: Dominguez, gran Blog, lo tenías escondido bribón.
Buff, perdón a todos por las faltas de ortografía y la dudosa redacción de algunas frases en el comentario anterior. Eso me pasa por escribir rápido y no repasar.
ResponderEliminarMil perdones por el dolor de ojos.
Estafeta, tío... escondido? Jodó, si tuvimos un montón de visitas durante la campaña. Estarías agazapado, ajjajajaja...
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí y por la opinión. Un abrazo.
"Ninguno de sus buscadisimos consejeros esta aceptando". Normal, en un país en el que ser político significa ser héroe... Imaz lo ha dicho bien claro: "Conmociona que un cargo en el nuevo Gobierno suponga una amenaza de muerte". ¿No merece una reflexión más que seria?
ResponderEliminareleder, mis intenciones no iban por ahi: si quieres mezclarlo con el terrorismo allá tu.
ResponderEliminarMe refiero, como es evidente, a la falta de apoyo parlamentario que tiene; se puede jugar con más inteligencia y consguir el mismo resultado.
De todas maneras: ni mucho menos ser político es ser héroe: otra cosa es que tengamos la desgracia que tenemos en Euskadi.
Pero la opinon de la sociedad sobre los politicos es muy muy baja: la participación es cada vez menor. Estamos liderados por mediocres.
¡Ah! Pues disculpa por haber aprovechado tu comentario; pero llevaba tiempo queriendo hacer esa reflexión. La mantengo, entonces, independientemente de la tuya.
ResponderEliminarTambién estoy de acuerdo con lo que dices sobre la mediocridad, pero me fastidia enormemente que en Euskadi la prepolítica siga impidiéndonos considerar de forma natural la política...