La apuesta y el dilema de Patxi López
Por JOAN TAPIA
Publicado en El Periódico de Catalunya
El fracaso del proceso de paz ha deslegitimado mas a ETA y ha subido el prestigio socialista. La prueba es que el PSE ganó de largo las elecciones del 2008 en Euskadi: 38% de los votos y 9 diputados frente al 27% y 6 diputados del PNV. Además, Patxi López no genera rechazo y los nacionalistas tienen lastre: Llevan 29 años de mando y tienen serios conflictos internos como se visualizó con la dimisión de Josu Jon Imaz, enfrentado a Juan José Ibarretxe.
¿Puede pues el PSE ganar las elecciones (llegar primero)? Quizás sí. Una encuesta del Gobierno vasco le da 26-27 diputados frente a 27 del PNV. Un poco de suerte y la ley electoral (Álaba tiene 25 diputados, igual que la más poblada Vizcaya) y López puede ganar en diputados. En este caso no habrá mayoría nacionalista (salvo hundimiento del PP) y el PSE tendrá detrás la legalidad y la legitimidad para formar un gobierno minoritario, que debería tener mucha mano izquierda y abrirse a la sociedad civil. Sería una gran victoria del PSE y de Zapatero - con su sonrisa habría logrado mas que Aznar - y la alternancia, esencial en democracia, sería realidad.
Puede ser, pero no es lo más probable. Aunque el PNV no está en su mejor momento, el cualitativo de las encuestas le sale excelente. En diputados la batalla es reñida, pero en voto popular distancia al PSE en unos cuatro puntos. Su gestión es aprobada con un margen de 22 puntos (56% contra 24%) y al 41% le gustaría que ganara frente al 28% del PSE. La calificación de Ibarretxe supera a la de López (6,9 y 5,9) y los electores ven al PNV más capacitado para gobernar (47% a 19%), creen que conoce mejor los problemas de Euskadi (62% a 8%) y que será mejor frente a la crisis (40% a 16%).
Pero el PNV puede ganar y no tener mayoría nacionalista. Entonces López también podría ser lendakari con los votos del PP y gobernar en minoría para no reeditar el frentismo. Sería un escenario complicado. El PP se intentará cobrar después con la Diputación de Álava y otras iniciativas frentistas. Y es como Montilla. Sería como si Montilla gobernara solo y tuviera enfrente a CiU, PP, ERC e ICV, con la única ventaja que allí PP y PNV solo coincidirían para dar patadas al PSE, no para gobernar. Además, el PNV habría tenido más votos y el Parlamento sería deslegitimado. Y también habrá los votos nulos (el PCTV tuvo 150.000 votos en el 2005).
Un Gobierno débil no podría descrispar Euskadi, el objetivo de López y ZP. ¿Qué sería pues lo mejor? La opción preferida en las encuestas es la gran coalición, que hoy parece imposible. Pero López tiene un arma: dejar gobernar al PNV, a cambio de la cabeza de Ibarretxe y de pactar muchas cosas. Quizás sería lo mejor para Euskadi. Y para la estabilidad de ZP en Madrid.
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