Error o acierto de Patxi López

Por JUAN JOSÉ DOMÍNGUEZ

Politólogo y analista político

El candidato socialista lo dijo ayer en la cadena SER: “No hay ninguna posibilidad”. Se refería a que el PSE no gobernará con el PNV si Ibarretxe gana las elecciones; por el contrario, deja las puertas abiertas a un pacto con el PP. Pues bien, con esta afirmación tan sincera como contundente despeja la incógnita de los 240.000 electores que van a decidir cuál será la opción vencedora. En torno al 20%.

La lógica nos dice que el líder vasco se ha equivocado, y mucho, en la medida que casi el 60% de los votantes socialistas se inclinan favorablemente por un pacto de gobierno con los de Urkullu, según el CiS. Pero, además, el 20% de los indecisos son los mismos que en 2001 apostaron por Ibarretxe para que Oreja no gobernara a los vascos y, en 2008, por Zapatero, con el fin de derrotar a Mariano Rajoy. Por tanto, uno cree que los de Sabin Etxea ganarán las elecciones. A no ser, claro es, que alguna variable externa a la campaña condicione el voto, como un atentado de ETA, o que los asesores del PSE manejen datos u otras hipótesis que yo desconozco.

En principio, parece que los de Patxi López cometen el mismo error que sus homólogos del PSN. ¿Por qué?: por la vasquización estética de la campaña y por no descartar un gobierno de coalición PSE-PP.

Recordemos como los socialistas navarros llevan estrellándose contra las urnas autonómicas desde hace 15 años. No hace falta buscar grandes interpretaciones: el acercamiento del PSN hacia las tesis de UPN lo único que ha conseguido radica en reforzar los argumentos de la derecha navarra. Así se explica que ZP obtiene un 40% más de votos que los dirigentes socialistas de Navarra, los cuales son la tercera fuerza y carecen de identidad propia y el electorado los ve como una sucursal de Miguel Sanz.

En el caso de Euskadi ocurre lo mismo: los socialistas vascos, con el fin de captar el voto autonomista del PNV han ideado una campaña un tanto postiza y poco creíble. Han vasquizado artificialmente la escenificación de los actos de propaganda, lo cual resta fuerza a las señas de identidad clásicas del PSE. Pero sobre todo han reforzado las tesis de los jeltzales. Algunos pueden pensar: "¿para qué voy a votar una fotocopia si tengo el original, y encima con experiencia y capacidad de gestión?" O sea: han cometido el mismo fallo que sus compañeros de Navarra, pero ahora con distinto partido. Y para rematar, Patxi López declara ahora una especie de amor velado con los de Basagoiti, el partido que más fobia provoca en la CAV. Incluidos los votantes socialistas. Lo que sucedió en marzo pasado parece una buena prueba.

En fin, una de dos: o yo veo por un cristal distinto al del 85% de los vascos y Patxi nos guarda una sorpresa final, o Ibarretxe ya puede ir refrescando el cava con label de ex votantes de Zapatero.

© Juan José Domínguez